La principal diferencia es que un banco no cuenta con especialistas en seguros, con lo cual te pueden vender un producto que no es el más adecuado a lo que realmente necesitas. Otra desventaja es que los bancos no tramitan las prestaciones de la póliza, gestión que sí tienes garantizada con tu corredor de seguros.

Porque las aseguradoras no son independientes, es decir, no te pueden presentar soluciones más económicas o con mejor cobertura. Una correduría tiene la fuerza de conseguir para ti los mejores productos.

El tomador del seguro es la persona que contrata el seguro – el nombre que figura en la póliza y quien paga la prima. El asegurado es la persona a quien protege el seguro.  Beneficiario es aquel que recibiría la indemnización en el caso de que ocurriera un siniestro. En muchos casos, y dependiendo del tipo de seguro, la misma persona puede tener los tres roles.

En un seguro de automóvil, el asegurado sería la persona que sufre el accidente, que puede ser o no la misma que firma y paga la póliza – y que es el beneficiario en caso de siniestro. En un seguro de vida, los tres roles pueden pertenecer a tres personas distintas.

Depende del destino. Si se trata de un viaje internacional, hay países que requieren un seguro de viaje para conceder el visado – frecuentemente asociado a la contratación de cobertura sanitaria. Sin embargo, y para evitar problemas, consecuencia de imprevistos tales como: pérdida de equipaje, accidentes, cancelación de vuelos, problemas de salud, siempre es recomendable contratar un seguro viaje. El precio es mínimo, comparado con la certeza de viajar tranquilo

En abril/2024 se aprobó el Proyecto de Ley que obliga a todos estos vehículos a disponer de un seguro de responsabilidad civil, a la vista de su creciente número y de la cantidad de accidentes que se producen. Aunque la norma entre en vigor en dos años, te recomendamos protegerte ya, por tu seguridad y por el elevado coste indemnizatorio que un particular tiene que asumir en caso de accidente.

La Ley del Bienestar Animal  determina que en el caso de la tenencia de perros y durante toda la vida del animal, la persona titular deberá contratar y mantener en vigor un seguro obligatorio de responsabilidad civil por daños a terceros, que incluya en su cobertura a las personas responsables del animal, por un importe de cuantía suficiente para sufragar los posibles gastos derivados, que se establecerá reglamentariamente.

El incumplimiento puede conllevar a multas entre 500 y 10.000 euros y aunque no se haya desarrollado el reglamento que ampara la ley, es fundamental que se contrate desde ya para tu tranquilidad. Los seguros que contemplan responsabilidad civil, como el de Hogar, ya se “desmarcan” de cubrir cualquier seguro determinado como obligatorio por ley.